El médico procura vidas, el arquitecto, arma sueños, el
maestro forma generaciones, el chef alimenta naciones, el campesino cosecha oportunidades,
son la premisa, son la vida, son el sudor, en cambio el artista, el verdadero
artista es un miserable.
Guarden sus tridentes y déjenme desarrollar este manifiesto.
El artista es un miserable, si lo es porque en sus hombros
está el peso que lleva un mediador entre lo que se percibe como tal y lo que es
necesario percibir, porque su deber extiende las fronteras de la lógica, porque
es un bromista, irreverente, criminal, porque en el limbo de la relevancia, los
límites de la consciencia están en el último escalón.
Porque el artista se desdobla y trasciende a lo más profundo
de su alma, de sus reencarnaciones y aun así no existe contrato que garantice
el impacto de su obra, porque el artista es un mártir que deja que el manto de
las miserias lo inmovilice, miserias propias o ajenas.
Los contextos, el concepto, el universo, la teoría, la
técnica el dolor. Todo es parte de una maravillosa alquimia de una jugarreta o
de una burla, da igual.
El artista ; difunde , roba , asesina a los instintos , el
artista llora , ríe , tontea , decae , y es ahí , en las tinieblas de su cripta
, en las catacumbas de su mente , ahí anidan y se escriben los diálogos ,
cátedras que toman forma ante el receptor , el aprendiz , el idiota de la clase
, el de atrás , este camina desnudo entre las paredes del conocimiento , es la
burguesía y a su vez el obrero , es un idiota esclavo de la sensibilidad , la
felicidad como tal es difícil de concebir y de plasmar . La indiferencia es
ajena al artista, es capaz de suturar dolores ajenos, es capaz de arrastrar
trastornos colectivos, es capaz de interpretar miradas y sanar tormentos,
amenizar gritos, silenciar llantos, acoger desvalidos.
Un demente, artesano de lo impalpable, insostenible pero necesario,
verdugo e ilota, recopilador de experiencias, barrendero de huellas.
El artista jamás concluye una obra hasta que la extensión de
su ser se apodere de ella hasta que se desnude hasta que su fragilidad sea perceptible,
está consciente que no es de su pertenencia que él no es de su dominio es
agotador, irritante, doloroso, pero es aún peor ir en contra de los designios naturales,
el asco y la pena se adueñarían de cada tejido, las comparaciones y la
irritabilidad serian aún más palpables y no se puede, no se quiere dar ese lujo.
Reitero
El artista es un miserable.
Escrito : Trouble
Ilustración : Graffmusart
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