Oda al alcohol.

Con todo el ánimo de incitar.
Quisiera diferir enserio quisiera, no ser tan débil de mente y de carácter, pero me atare a la perspectiva que te brinda una copa (inserte bebida alcohólica favorita aquí).
El síndrome del obtuso, el síndrome del dependiente.
Exquisitas ráfagas de emociones potentes emancipadas de lo cotidiano. Te turban a cada sorbo.
Vaivén del brazo que se ejercita necesitado de un poco de personalidad.
Delicioso elixir adormecedor de penas y sensaciones racionales, haz de mí una nueva criatura y sutura mis miedos con actitud cretina, rodéame de personas a las que perdí el asco déjame abrazarlos y charlar.
Déjame tontear a tu salud y las disculpas no se harán esperar a primera hora de la tarde, eres el perfecto pretexto para abandonar por un momento mi pulcro cascarón.
¿Cuántas botellas van?
No lo sé ni me interesa, deseo que no termine hasta perder la consciencia.
Es demasiado tarde, espero mañana me recuerde los infames y regocijantes actos que uno puede cometer adormecido de ven en vez.
Reaccionar con fingida vergüenza y melancólica sonrisa ante tales relatos, esperando con ansias un nuevo encuentro, da igual con quien la verdad no me interesa, la dinámica será la misma, da igual el lugar, siempre y cuando no se amontonen unos sobre otros. (Es penoso)
Lo único que es realmente valioso y relevante es que no se acabe.
Y para aquellos que beben solos, que vanidosa rabieta os dedicare en algún otro escrito ­­.
Escrito : Trouble 
Pic : Trouble 

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